¡Las emociones y la enfermedad!

Las emociones son reacciones ante situaciones, por tanto son absolutamente válidas y necesarias. No existen las mal llamadas "emociones negativas". Lo que si podría ser perjudicial es la gestión de esas emociones. Por eso es importante que aprendamos lo que hoy se denominan" inteligencia emocional". 

En el terreno de las enfermedades, una de las emociones que más impacta en situaciones es la culpa, aparte del miedo. Frecuentemente el paciente se reprocha por "no haber venido antes", "no haberme dado cuenta", "no haber tenido el valor" etc. Sea cierta o no, esa culpa debe transformarse en "perdón" y en "responsabilidad". De esta forma, puede entender las razones por las que actuó así, y también se empodera de la situación, responsabilizándose por sus accione posteriores. Quedarse atrapado en la culpa, solamente le causará mayores malestares y no aportará nada en su sanación.

El diagnóstico de cáncer, especialmente, causa intensas emociones que deben canalizarse. La psicoterapia permite que el miedo, la rabia, la ansiedad, la culpa, el dolor y la tristeza, entre otras emociones, sean expresadas sanamente y, también, fomenta una mejor actitud ante dicha enfermedad. Es frecuente que una persona piense que la enfermedad que padece “es un castigo”, por sus conductas previas, al creer que Dios es un ente vengativo. Ayuda si entendemos que no es así. Y que una enfermedad nada tiene que ver con Dios ni con el destino.

 

Debemos entender que una enfermedad es la consecuencia de múltiples factores: biológicos, físicos, emocionales, alimenticios, culturales, genéticos, cromosómicos, ambientales, contextuales, etc. Es posible que tengamos responsabilidad, no culpa, en la ocurrencia de una enfermedad; pero ello no significa que la misma es un castigo.