Criar: ¿viaje o meta?
Aldo Naouri, psicopedagogo y psicoanalista, nos ofrece una metáfora muy sencilla; sin embargo, logra una profundidad muy interesante. Él dice que, décadas atrás, para los padres y las madres en cuanto a la crianza de sus hijos, lo importante era la meta y no el viaje. Pero que en los actuales momentos lo importante se ha tornado el viaje y no la meta. Y equipara esto que dice con un viaje que se hiciera en un automóvil. Asumamos que el desplazamiento en el tiempo y el espacio, el viaje es la crianza, desde que el niño nace hasta que es adolescente o ya un adulto. Mientras que la meta sería esa personalidad adulta que en parte es consecuencia de la formación de los primeros años que se recibe en el hogar.
Este autor señala muy agudamente, que para los padres de décadas atrás, (nuestros padres, abuelos, bisabuelos) no era importante que el niño tuviese una infancia o unos primeros años llenos de tranquilidad, de paz, de sosiego, repletos de juguetes y de miles y miles de atenciones, convertidos en el centro del hogar y de la familia. Lo importante para esos padres y madres era el adulto que querían formar y si debían apelar a métodos fuertes, lo hacían.
Por supuesto, con esto no estoy avalando, ni apoyando la utilización de fuertes métodos disciplinarios, no es lo que digo.
Naouri discute que hoy por hoy los padres y madres están tan preocupados por el viaje, por el día a día, porque los hijos lo pasen muy bien, porque nunca tengan penurias, porque lo tengan todo, "porque tengan lo que yo no tuve", así lo dicen; que parecieran que pierden de vista la importancia no tanto del viaje, si no de la meta.
Es decir, forjar ese adulto. Sería una pregunta importante plantearnos: ¿Cuál es el adulto o mejor dicho, como es ese hombre o mujer que te imaginas, que estarías formando con lo que estas inculcando hoy, tú y tu familia a tu niño o niña?
Plantéate la meta, la meta es “yo quisiera que mi hijo o hija cuando tenga tal edad y sea un adulto, tenga tales y cuales características en su personalidad”. Pues eso no ocurrirá gratuitamente, se precisa de conducción, de formación de limitaciones sanas.
Con esto no estoy invitándote para nada a que descuidemos el viaje, por supuesto que los niños requieren día a día atenciones, cariño, buen trato, el cumplimiento de los deberes paternos, el disfrute de sus derechos fundamentales como son la alimentación, la salud, el estar con su familia, conocer a sus padres, recibir educación, atenciones primarias básicas que nunca deben ser suspendidas.
Entonces la invitación que te hago, vamos a concentrarnos en el viaje, pero no perdamos de vista la meta.
Pareciera que perdemos de vista la meta concentrados en el viaje.
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